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El Técnico Superior en Programas de Integración Social organiza implementa y evalúa intervenciones con personas por diversas causas, aplicando estrategias y técnicas específicas y adaptadas para garantizar la creación de entornos seguros, tanto para las personas destinatarias como para el profesional.
El integrador social trabaja con las personas que más lo necesitan: mujeres, personas mayores, drogodependientes, familia e infancia, personas sin hogar, minorías étnicas, personas con diversidad funcional… promoviendo la igualdad de oportunidades y actuando en todo momento con una actitud de respeto.
* Sólo se devolverá la matrícula (y las cuotas entregadas) si se solicita la baja en el plazo de 14 días naturales desde su formalización, siempre que el curso no haya comenzado. El Centro se reserva el derecho de no iniciar grupos sin un mínimo de alumnos.
Muchos profesionales quieren desarrollar su carrera en el ámbito social. Algunos perfiles cualificados acompañan a colectivos vulnerables en el desarrollo de su autonomía y búsqueda de la felicidad. El título de Técnico Superior en Integración Social es uno de los más demandados por quienes quieren trabajar en este campo. En Formación y Estudios te damos cinco razones para emprender este camino altamente vocacional.
Tener un trabajo estable es uno de los objetivos que mejora la calidad de vida del ser humano, más allá del plano económico. La experiencia de participar en un proyecto también favorece la integración social. El profesional colabora con un equipo del que forma parte y con el que se relaciona.
Sin embargo, aunque el currículum de algunos perfiles muestra un alto nivel de empleabilidad, es importante potenciar la visibilidad de otros talentos. Por ello, el proceso de inserción sociolaboral muestra un seguimiento y una monitorización posterior.
El sector de la educación inspira a muchos profesionales, sin embargo, el trabajo realizado en este contexto va más allá del papel de profesor. Muchos de los profesionales que han cursado el Técnico Superior en Integración Social participan en proyectos que forman parte del sector educativo.
La educación superior es la educación terciaria que conduce a la obtención de un título académico. La educación superior, también llamada educación postsecundaria, tercer nivel o educación terciaria, es una etapa final optativa de aprendizaje formal que tiene lugar tras la finalización de la educación secundaria. Representa los niveles 6, 7 y 8 de la versión 2011 de la estructura de la Clasificación Internacional Normalizada de la Educación. La educación terciaria de nivel no universitario se denomina a veces educación adicional o educación continua, a diferencia de la educación superior.
El derecho de acceso a la educación superior se menciona en varios instrumentos internacionales de derechos humanos. El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU de 1966 declara, en su artículo 13, que “la enseñanza superior debe hacerse igualmente accesible a todos, sobre la base de la capacidad, por cuantos medios sean apropiados, y en particular por la implantación progresiva de la enseñanza gratuita”. En Europa, el artículo 2 del Primer Protocolo del Convenio Europeo de Derechos Humanos, adoptado en 1950, obliga a todas las partes firmantes a garantizar el derecho a la educación.
Universidades Ppe
Silvia da Costa1*, Edurne Martínez-Moreno1, Virginia Díaz1, Daniel Hermosilla1, Alberto Amutio2, Sonia Padoan1, Doris Méndez4, Gabriela Etchebehere5, Alejandro Torres6, Saioa Telletxea3 y Silvia García-Mazzieri7
Antecedentes: Estudios y meta-análisis encontraron factores individuales, meso y micro-sociales que se asocian con el bienestar individual, así como con un clima socio-emocional positivo o bienestar colectivo.
Método: El bienestar se mide como variable dependiente a nivel individual y colectivo, así como los predictores, en tres estudios transversales y uno longitudinal. Participan trabajadores de la educación y de la intervención social (N = 1300, K = 80) de Chile, España y Uruguay; una submuestra de educadores (k = 1, n = 37) del centro sur de Chile y de Chile, Uruguay y España (n = 1149); trabajadores de organizaciones de América Latina y del sur de Europa, cadetes militares de Argentina (N < 1000); y equipos (K = 14) de empresas españolas.
Resultados: Los indicadores de bienestar individual y colectivo estaban relacionados, sugiriendo que el clima emocional como contexto mejora el bienestar personal. Los factores individuales (creatividad emocional y valores de apertura y universalismo), los factores psicosociales (bajo estrés, control sobre el trabajo y apoyo social de supervisores y compañeros) se asociaron positivamente con el bienestar personal en el contexto educativo y de intervención social. La cultura dinámica o transformacional de la organización se asocia directa e indirectamente con el bienestar individual a través de los factores psicosociales descritos anteriormente. Procesos grupales como la comunicación interna y la participación segura, la orientación a la tarea o el clima de excelencia, así como el estilo de liderazgo que refuerza la participación y la pertenencia, se asociaron positivamente con el bienestar colectivo en el contexto laboral y militar y predicen el clima socioemocional del trabajo en equipo en un estudio longitudinal, pero no se relacionaron con el bienestar individual. El liderazgo transformacional juega un papel mediador entre los factores funcionales y el clima socio-emocional en los equipos de trabajo. La autonomía del rol organizativo, el liderazgo organizativo funcional, la integración y los recursos se asociaron con el bienestar colectivo en las organizaciones. El liderazgo organizativo modera la relación entre la orientación a la tarea y el bienestar colectivo en el contexto militar.